El Espectro. Audiorelato

     Lo vi en mis sueños, era como una sombra espesa, como humo denso que se retorcía en intervalos violentos de velocidad, como si alimentara de sí mismo. Un espectro negro del que distinguía el volumen solo por que coincidía vagamente con mi concepto de tridimensionalidad. Y el sonido que emitía era como el rugido ahogado que se escucha al final de un trueno, como un palpitar en el que parecían converger las voces que susurran desde lo más insondable del océano. Su cara era como el de un hombre sin rostro, sin boca y sin ojos, solo había una manta de piel reseca y escamosa con una grieta que iba desde la parte trasera de la cabeza hasta la punta del mentón, desde donde salía un viento helado y el sonido de lo que parecía una voz que pronunciaba palabras que no podía reconocer. Se acercó lentamente desplazando el espacio y doblándolo hasta estar frente a mí, me miró… o al menos eso parecía pues no podía saberlo sin ojos que yo pudiera percibir, aproximó lo que debiera ser su rostro hasta cerca del mío y exhaló miedo puro cargado de una fetidez asfixiante, me decía cosas que no entendía pero sabía perfectamente que debía temer. Se alejó un poco y me tomó del cuello, mi mente se hundió en la angustia, sentí cómo mi espina se congelaba y los momentos tristes y aterradores de mi vida de precipitaban como dagas sobre mi corazón. Mi armadura se oxidaba poco a poco al tiempo que mi respiración se sofocaba, mientras tanto esa criatura había logrado penetrar en el origen de mi conciencia y entonces pude entenderle, me contaba cosas terribles acerca del fin de los días, acerca de la desolación de la tierra y el sangrar de las piedras, del llanto del cielo y los lamentos del sol, sucesos de tiempos en que los hombres se cazarán entre ellos como animales para comer sus propias carnes, tiempos en que los espectros susurrarán cosas terribles a la humanidad hasta el último momento, días en el que el olor y viscosidad que sale de lo que vagamente se podría llamar rostro inundará el aire y no habrá vida con poder suficiente para levantarse en su contra. Se infiltró en mi mente y se comió mi esperanza, debió ser como un manjar extinguir mis ilusiones y un regocijo tragarse el calor de mi cuerpo. Sólo espero tener fuerza en alguna fibra de mi ser, para golpearle y apartarlo, pero solo veo como la luz se va y mi armadura se corrompe, todo se apaga y me sofoca la agonía, mi conciencia de embota y poco a poco me extingo de este mundo, poco a poco experimento lo que esas criaturas harán con el resto de nosotros…

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