Fantasmas de Acero Ep. 24: Extraño

Esa incomoda sensación que parece reptar desde un hueco en el estómago y acariciar mórbidamente desde las plantas de los pies hasta la nuca, que se hace presente al contemplar alguna pintura que nos muestra un escenario –entre comillas- cotidiano, pero que la razón nos susurra que no lo es, pues en él se perciben discordancias ineludibles, un lienzo enclavado en la realidad que funge de ventana  a una versión torcida, pero no imposible de esta. Esa discordancia que no causa alarma, ese vacío absurdo, esa pata faltante en nuestra silla de la certeza que evidencia la ignota e inabarcable oquedad del cosmos, de lo que necesitamos apartar la vista de inmediato para salvaguardar la cordura. Eso, es a lo que llamamos “lo raro”.